Y con la última secuencia del último capitulo de esta formidable temporada sientes que el veneno de la araña ha hecho efecto y te estás licuando por dentro lentamente, en estado de shock.
En estos siete capítulos, la araña de hielo fue tejiendo su tela, arrancándonos empatía o animadversión por cada uno de los personajes y situaciones.
¿Conseguirá Jon Snow unir a todos ante la inminente llegada del invierno y de los Caminantes Blancos?
¿Seguirá Cersei Lannister manipulando a su nuevo rey-hijo (y a todos) impunemente?
¿Conseguirá Sansa Stark un momento de felicidad o seguirá viviendo una pesadilla sin fin?
¿Qué significa el royo increíblemente críptico, gótico y siniestro en el que se ha metido Arya (El Dios de los Mil Rostros) y, sobre todo, sobrevivirá a ello?
¿ Y la pobre Khaleesi intentando reinar sobre una ciudad dividida y llena de conspiraciones...a la que además se le une un Tyrion Lannister en horas bajas?
Y para terminar Melisandre...¿Esta, este ser qué demonios es y qué pretende, cada vez más misteriosa y aterradora?
Cada capitulo teje y entreteje estas preguntas subrepticiamente en tu subconsciente de una manera tan magistral que de pronto en el capítulo 8 te quedas completamente paralizado sin apenas poder creer lo que ves.
El capítulo 9 te corta la respiración, y el 10... en el capítulo 10 tus pupilas se dilatan y en el fundido a negro te dices a ti mismo una y otra vez...¡No, no puede ser, no puede ser! ¡Creía que con la boda roja ya estaba curado de...!
Y entonces, después de un largo rato para recuperarte, te das cuanta que acabas de ver la última temporada de una de las mejores series de todos los tiempos... estás emocionado y sabes que, también, envenenado y atrapado para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario